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Según cifras oficiales, en Europa se pincha una llanta generalmente a poco más de 70 mil km recorridos, mientras que en África hay lugares en los que ocurre hasta cada 3 mil, lo que es preocupante y ha llevado a la creación y constante investigación de sistemas que prevengan este tipo de problemas por parte de las marcas de neumáticos.

Esto nos ha llevado a conocer los neumáticos runflat o neumáticos antipinchazos, que son un poco menos de lo que su nombre dice, pues si se pueden pinchar, pero la diferencia que tienen para con los convencionales es que te permiten seguir teniendo el control del vehículo cuando esto ocurre; ¿Cómo? Pues es sencillo y es que cuando se pinchan, no explotan ni tampoco pierden una cantidad de aire y presión tan grande como los neumáticos normales.

Este tipo de neumáticos podemos decir que básicamente tienen más reforzados los flancos y cuando el pinchazo ocurre y empieza a liberar aire y presión, lo hace despacio y por ello, los neumáticos runflat soportan el peso del vehículo en si mismos por una cierta distancia que suele estar como mínimo en los 50km si se respeta un límite de velocidad no mayor a 80km/h.

Tecnología Runflat

Equipados con flancos reforzados, los neumáticos Runflat no se deforman por completo cuando pierden presión y logran mantenerse razonablemente fijos a las llantas. De esta manera, el riesgo de que se desplacen lateralmente desaparece y no correrás el riesgo de perder la rueda y sufrir un aparatoso accidente.

Gracias a este refuerzo exclusivo en los flancos serás capaz de interpretar de forma correcta los síntomas de un reventón (o pinchazo) mediante el sensor de presión que te aparecerá en el salpicadero cuando esta baje y a través de las sensaciones que tengas al volante. Para cuando quieras darte cuenta estarás circulando a velocidades muy inferiores después de controlar el pinchazo.